Ricardo Ossandón, Gerente General Torrencial Lechero, integrantes Cooperativas del Sur

Si hay una constante que marca los últimos años, esta es sin duda la del cambio constante. Lo anterior parece casi una contradicción, pero después de una crisis social, sanitaria y económica en menos de cinco años, lo único que tenemos relativamente claro es que ya nada es como era antes del 2019. Y la historia de nuestra Cooperativa no es muy distinta. En el año 2016, un grupo de pequeños y medianos productores lecheros entre las regiones de los Ríos y Los Lagos, se asociaron con la idea de hacer frente a los desafíos de la Industria Láctea, en la que el volumen es una herramienta de negociación fundamental para sobrevivir. Fue así como a principios de 2019 nació la idea de transformar esta SpA en la primera cooperativa láctea del siglo XXI. En este proceso recibimos el constante apoyo del Gremio Lechero, Ministerio de Agricultura, y además nos hicimos parte de la Asociación de Cooperativas del Sur.

En los meses posteriores, nuevas Cooperativas y grupos comerciales lecheros se fueron formando a nivel local, con la misma idea en su mente, tener un volumen suficiente para poder participar en forma más activa en el mercado y generar nuevos negocios, pero con una visión distinta a lo ya establecido por décadas. Esta forma distinta de participación en el mercado ha sido uno de los motores principales del éxito de estos grupos, la capacidad de expandir la Industria Láctea más allá de los paradigmas e incorporar también nuevos actores, como las Queseras y maquiladores, que le han dado una mayor diversidad a nuestro negocio y por lo mismo una nueva vía para generar valor en base a la misma materia prima, nuestra leche de vacas que pastorean.

En este proceso de desarrollo hemos pasado por momentos de gran incertidumbre. Con la entrada de la pandemia desde mediados de marzo de 2020 se iniciaron las cuarentenas y limitaciones de movilidad. Esto generó dificultades logísticas, laborales, déficit de insumos, etc., pero también a causa de la menor movilidad, una disminución de las importaciones, lo cual ayudó a que nuestra leche local entrara en un proceso de valorización que aún se mantiene. Este mayor precio de la leche ha ido lamentablemente acompañado por una fuerte alza en los agroinsumos, lo cual nos ha obligado a esforzarnos aún más por hacer buenos negocios y mantener la rentabilidad de nuestros cooperados, pero lo hemos logrado.

El aprendizaje sobre la marcha en un período breve, nos ha ayudado a salir tanto de las crisis externas como internas, y hoy nos deja la lección de que la adaptación, el ingenio para replantear soluciones con otra mirada y la capacidad de planificación, de la mano de la perseverancia y unidad de nuestros cooperados, es la clave para seguir avanzando en un mundo de cambios constantes.