Felipe Gottschalk, gerente general de Coooprinsem e integrante Cooperativas del Sur

Las cooperativas nos ofrecen un modelo económico para satisfacer nuestras necesidades comunes a través de empresas de propiedad democrática. Por esa razón que para dar forma a una cooperativa y desarrollarla es necesario mantener un interesante equilibrio, donde sus miembros sean capaces de ver más allá de su propio beneficio personal y por otra la cooperativa como tal debe ser capaz de generar beneficios significativos a sus miembros. Y hablamos no solo de beneficios económicos directos, sino que de la búsqueda de soluciones a problemas comunes a un grupo de personas. Es aquí donde las cooperativas deben ser capaces de dar soluciones a esos problemas junto a explorar nuevas brechas que permitan mantener y desarrollar la propuesta de valor para sus miembros.


Podríamos extendernos largamente respecto a las características positivas que tienen las cooperativas como son su autonomía, gestión democrática, cooperación, desarrollo local, etc, pero es importante comprender que si bien la formación de una cooperativa en sí es una gran desafío, no es el fin en sí mismo sino que el camino para comenzar a trabajar en conseguir abordar la o las necesidades que motivaron su creación, y este debe ser un camino hacia la excelencia que sin dudas permitirá dar sostenibilidad y crecimiento a la empresa.


Las cooperativas finalmente son también empresas, que deben buscar la sostenibilidad comercial, buscando incorporar siempre la mejora continua, la innovación, la sustentabilidad, las buenas prácticas de gestión, y siempre estar reteniendo e incorporando talento como también capacitando a su personal, porque las cooperativas también están llamadas a la excelencia empresarial; a ser grandes y crecer, porque son ellas las que realmente harán posible un Chile más descentralizado y regional.


En el caso de Cooprinsem, el problema inicial hace 54 años fue resuelto a través de la Inseminación Artificial. Esta cooperativa nació de la gran visión de un grupo de agricultores, que en asamblea de constitución realizada el 30 de mayo de 1968. Desde ese día en como Cooprinsem, hemos hecho honor al más fiel sentir cooperativista al suministrar productos, servicio y asesoría de excelencia que van en beneficio de la economía local y donde los eventuales excedentes no se concentran sino que se distribuyendo dentro de un gran número de cooperados agricultores a nivel local.


Hoy hemos llegado a ser la cooperativa de servicios agrícolas más innovadora del rubro, contando con 16 sucursales desde Santiago a Ancud, y son cientos y muy específicas las soluciones que a través de productos, servicios y asesoría especializada continuamos entregando a nuestros socios y clientes. Para lograr todo ello hemos debido innovar tanto para lograr adaptar tecnologías foráneas a nuestra realidad como también investigar y probar distintas alternativas para brindar soluciones de excelencia a nuestros socios y clientes. Justo en este sentido, hoy hemos recibido por tercera vez consecutiva el reconocimiento a como una de las Mejores Empresas de Chile, otorgado por Deloitte, Banco Santander y Universidad Adolfo Ibañez. Sin dudas un reconocimiento a la excelencia.
Estamos contentos de ser una de las mejores empresas de Chile, pero más aún, estamos profundamente orgullosos de ser cooperativa, y ser parte de la Asociación de Cooperativas del Sur y mediante este gremio, también de la Asociación Nacional de Cooperativas de Chile.


Como cooperativas, los ejes social y comercial no son antagónicos, sino que se complementan, ya que si la cooperativa crece, es más profesional, se vincula mejor con la comunidad, es más sustentable, sostenible, y desarrolla talento e innovación; los beneficiados son sus propios socios, pero también toda la comunidad y la región donde está inserta esa cooperativa. El cooperativismo está llamado a seguir creciendo, buscando siempre la excelencia empresarial, y aportando al desarrollo económico y social de nuestro país.

Columna publicada en Diario Austral Osorno